De mil
razones para abandonar hiciste entre tus planes
La
verdad nunca desbordó de tus labios, aunque sí de tu piel.
En tus
besos descubrí el insípido sabor de un adiós enmascarado.
Si
entre mis dedos no está tu plenitud
Me
condeno a ser tu ayer, pero no me resigno a llorar por no ser tu mañana
Cientos
de preguntas se ahogan en mi saliva
Las
palabras se atoran en mi garganta
Amenazándome
de jamás tener tu mirada en los amaneceres
Mis
dientes quebrantan mis labios jurando mantener tu ausencia
De
ciegos fue invadido el frío que llenó ese espacio
Que tu
cuerpo ocupaba junto al mío
Y
escribían historias íntimas de libros muertos
Y los
besos sellaban una próxima vez
De
saber tu partida no hubiese dejado pasar las horas
Hubiese
afinado mi voz para rodearte de elogios
Hubiese
tapado la Luna para oscurecer aún más la noche
Hubiese
congelado mi mirada en los encuentros con tus ojos
Espacios
agrandados por nada, llenos de todo menos de ti
Necesidades
que se reducen a tu piel
Deseos
que se aumentan con las pesadillas vacías
Una
mala jugada del amor o mala jugada de la vida
Mis
creencias son banales al lado de tus recuerdos
El eco
de las risas en las paredes encontró alojo
Llevándose
el despiadado adiós que derramaste por el suelo
Sin una
excusa, sin una razón, sin un después
Correré
lejos, dejaré este lugar que atormenta con mi reflejo
Sin
tener en mi espalda tu sombra
Culpándome
de tu ida
Huyes
rápido para no alcanzarte, para dejarme con el pasado