Tu
voz nació de un suspiro encarando mi alma
Destellando
una mirada de misterio
Asumiendo
una sonrisa tímida
En
cada palabra sincera de tus labios
Tus
ojos entraron en mi alma curiosa
Me
vieron detrás de mis letras plasmadas
Me
tomaron de la mano sin vacilar
Me
hicieron volar al emblema de tus cielos
¿A
quién le pertenece ese espíritu inquieto
Encerrado
en un divino mundo incierto,
Queriendo
ser rescatado,
Grita
en silencio amor, perspicacia?
Poesías
convertidas en dulces mañanas
Abren
mis ojos cuando los admira
Encorva
mis labios haciéndome volar
Y
conocer cada rincón iluminado por su aura
Caballero
sin armadura, transparente, no invisible,
Silencioso,
pero nunca ausente
Construye
sus deseos en humildes literaturas
Agasajando a su poetisa con el vicio
de sus versos.
Dedicado a mi gran amigo poeta: José Reyes