Perdí el control, con un incesante llanto
una daga penetraba mi piel
haciendo tornados dentro de mí,
atravesando mis huesos.
Un dolor a sangre fría
Mis labios pronunciaban una súplica a gritos,
no se detuvo por aquellos alígeros pálpitos.
Un dominio eterno de mi mente me asfixiaba
en mi alcoba, arrodillada frente a una cruz
que se presenciaba frente a mi mirada.
Me convertí una incrédula al escuchar que te fuiste.
el dolor en mi pecho detonaba en la penumbra.
Letras vanas que derretían la tristeza de mis ojos
pronunciando un eclipse en mi alma
Sombras que me recubren,
amenazando con alejarme de ti
No tengo escapatoria.
Una simple llamada pudo vaciar tanto desasosiego .
Tan cerca, pero tan lejos, disgusto creado por un ser sin compasión,
el cual con júbilo intento borrar de mi memoria.
Caigo en un abismo infinito.
Una sensación punzante, que logra que pierda las fuerzas.
El miedo es mi cruel enemigo, me corre por mis venas envenenadas.
Un silencio empedernido me ahuyenta,
Dolor, dolor... por favor, detente!