Bajo unas sábanas blancas un secreto prohibido
Gotas de sudor confirmaron que un deseo mutuo dejó
de ser misterio
Una respiración súbita coloreó sus mejillas haciendo cómplices a las
manos enemigas de lo que sobra sobre los cuerpos acorralados por el apetito.
Se inunda el suelo de prendas inútiles atestiguando
una guerra en la cama.
Las ganas no se hicieron esperar,
Él se deshacía lo que a su paso sobraba del cuerpo
de la dama, descubriendo cada
parte de su piel.
Ella gritaba con la mirada posesión, él susurraba
petición con sus dedos.
La humedad anunciaba un éxtasis prohibido
Un invasor viril la rodea y la posee concibiendo
descontrol íntimo eterno en un lenguaje casi mudo.
La mezcla de pasión invadió la habitación,
convirtiendo al espejo el único testigo de su derroche.
Teñidas las paredes de rojo deponentes de un juego
de inocentes disfrazados de salvajes, concluyendo un acuerdo que atacaba cada
noche en un estacionamiento, incendiando un auto de ventanas empañadas.
Se intentan mezclar para convertirse en uno solo…
entre movimientos sexuales.
Se detiene el tiempo con las luces apagadas con
ciegos rondando y murmurando el encuentro irreal que encubrió la Luna.
Ausencia de lógica y mucho sentido de dos blancas
pieles víctimas de un encuentro amatorio.
Un día de suerte que sentencia su repetición en un
futuro incierto.
Es la locura culpable de allanar un cuerpo frágil
culminando en una batalla empatada por dos almas con el último aliento…