Lejanía desafiante, juego del destino que nos sentencia.
Dulces momentos, nítidos recuerdos que juntos deseamos inmortalizar.
Miradas invisibles que sólo nuestras almas logran apreciar.
Labios sellados, que solo alcanzan armonizar elogios con deseos reservados.
Tu corazón enmudecido vierte sutiles pálpitos que llegan fieles al refugio de mis sentidos.
Tu voz vierte melodías frágiles exquisitas a mis oídos intimidados.
Sabes colorear mis mejillas con el rojo pálido con tus letras expresadas
¡Dime!, ¿Conoces tú el rincón que me aprisiona cuando tu ausencia prevalece?, gritarlo me lo impiden.
Un precipicio a cada de lado de mí estoy rodeada, pero en el medio me encuentro contigo segura, protegida.
De mi nombre, me enamoro cuando lo escucho de tu boca sedosa y conquistadora.
Eclipse provocado en mis sentimientos contiguos.
Mis ojos poseídos por tu aliento halagador
Conocerte fue bendecir a mi alma con esperanza marcada
Sé que nunca borraré de mi mente cada ocurrencia tuya
Que lograban sustraer una de mis sonrisas.
Emprendería un vuelo hasta los 7 mares, para ondear las olas y poder navegar a través de los espacios clandestinos de tus tendencias. Donde el sentido se saborea en los ocultos pensamientos de tus letras, las mías conjugan verbos incoherentes para descifrar mi propia confusión.
Razones para corresponderte sobran, pero las cadenas aprisionan fuertemente sin dejarme salir.
Imagino tu risa soñadora provocada por mis repentinas ocurrencias, la cual guardaré en mi memoria para recordarla en momentos de dolor
Amor, las complicaciones siempre existirán, los mitos nunca serán descubiertos, el tiempo me amenazará, pero tus palabras siempre en mí permanecerán.
