CLAROSCURO

Observa a través de la mirada de un ciego
Mide el finito espacio del universo
Nada sobre las olas de viento
Y vuela sobre las delicadas brisas del mar

Guarda el bosque de tu invierno
Para dejar paso al sol radiante
Que enfría el vientre de las rocosas montañas
Que Colman de sabores el insípido aire

Observa la claridad de la noche
Que presencian las terroríficas pupilas de un lobo
Donde guarda el misterio de una verdad farsante
Que trae el llanto de un silencioso abrumador

Vaga sobre la inundada orquídea lila tambaleante
Admira el vaivén de una roca en la cima de un huerto
Donde reposan las aves en su cálido hábitat
Cubiertas por el cristal de las nubes sollozas
Que anuncian la llegada de una sosiega tempestad

Aprecia los frutos de las plantas marchitas
Que figuran en el cruel acantilado
Donde bailan las liebres cuesta arriba
Para encontrarse con el plateado lago

Exclama: ¡Ven a mí!
Y cuestiona a la sirena peregrina
Que se posa en un desierto
Y te somete con sus aromas


Regresa a tu morada lejana
Y siente el húmedo fuego
Cubierto de recuerdos infinitos
Y no te separes del intermitente dolor