Tatuaje sentido en el borde de mi piel
Busco en la alberca donde dejó su perfume en aquel rincón,
Sólo tengo cenizas de un tabaco arrolladas por la brisa
llevadas a un perpetuo capullo de inquietantes preguntas.
Las líneas de su frente indicaban un desvío de su mente
implorando escapatoria
donde se fugan las contradictorias que batallaron en el amor y en el olvido.
Sobre sus labios se posan las verdades pero no salen airosas,
Su mirada ovalada grita confusión y desespero.
Tal vez se va, tal vez regresa
Sólo tambalea en el ayer y en el mañana. ¿Dónde caerá?
En el regazo de sus lágrimas envejecidas que lo domina el corazón
O en el laberinto de un momento repentino que le dio luz a un supuesto amanecer.
Es inevitable no socorrer al sabor de aquel incendio que allanó a la luna,
ni dejar de rescatar aquellas palabras que arrastró el viento ayer;
No puedo fermentar un beso que destilaba impaciencia
sólo riego en la mesa reconcomios abandonados buscando a su dueño.
Su voz incandescente que arrastra mis deseos a riesgos prohibidos,
Altera el silencio de mis clemencias
Recostando mis sienes sobre sus rodillas.
Los recuerdos enrojecen mis mejillas
Revolucionan mis entrañas con sonrisas asomadas
con el sonido de la acústica entre sus brazos.
Entre los versos de un acróstico brota el motivo…
Juventud desbordada en la locura que llamó a
Aquella sonrisa enamorada sin motivo e
Inspiró los versos dormidos de algún
Romance que nació de una crónica inesperada
Ocultándose entre silencios y letras
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| Callar no me cuesta, confesar me deshace... |
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